Un sistema sólido de educación y formación profesional (VET) se considera cada vez más como una condición previa para superar la actual crisis económica en Europa. De ser tratados como el «pariente pobre» de los sistemas de educación y formación, los responsables políticos ahora reconocen que la FP no solo desempeña un papel clave en la integración de los jóvenes en el mercado laboral, sino que también proporciona las habilidades y competencias esenciales para la innovación y el espíritu empresarial.